Se llamaba Copito de Nieve, lo conocí muy bien y puedo decirles que era encantador, vivía en esos tiempos en Barcelona, acostumbraba a ir todos los fines de semana al zoológico a pasear a mi pequeño hijo en su cochecito, se hicieron amigos los dos.
Genuina alegría le daba cuando nos veía y hacía gestos amorosos, sentí mucho su muerte porque era un ser especial. Único gorila albino en el mundo, consentido y cariñoso...Te quiero Copito :)
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