domingo, 3 de octubre de 2010

Estación 36

 


     Tenía como referencia solo este papelito que decía "Estación 36" en fin debe ser suficiente, terminé de arreglarme, una última mirada al espejo y listo!.  Es extraño he bajado por estas escaleras miles de veces y ahora se ven, no sé... diferentes, pero como siempre hay cientos de personas pululando de un lado a otro, de prisa, muy deprisa.  Toqué el hombro de un joven que estaba en una de las filas y en voz baja le pregunté:
"Para ir a la Estación 36 por favor?"
     Apenas hube pronunciado esa frase, el joven volteó a mirarme...sus ojos se llenaron de lágrimas y como si hubieran estado esperándome, una a una todas las personas que allí estaban, se arremolinaron en torno a mí, mirándome con profunda tristeza, compasión, piedad. Poco a poco se fueron acercando y acercando...hasta fundirse conmigo, volviendo a ser la unidad perfecta, camino a la estación final.

9 comentarios:

  1. Tremendo. Tiene mucha fuerza y el misterio que lo envuelve provoca la relectura.
    Un beso.

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  2. Querido Torcuato (nótese que no puse el consabido Señor aunque deseaba hacerlo)gracias por darme su valiosa opinión, es muy importante para mí :) Quisiera saber que cree que pasó en la estación 36 jejeje, tenía en mente un tema será que lo dejé translucir? Reciba un abrazo desde Venezuela :)

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  3. Muy sutil la metáfora, todos somos uno y sin uno o el otro no somos nada. Muy tierno, María Luisa. Y con cierto aire de misterio que atrae a la lectura. Un abrazo. :)

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  4. Mi querido Señor Héctor, así es... todos somos uno :) Gracias por sus siempre bellas palabras, por cierto, aún sonrío al acordarme de su escrito, y pienso que todos los bebés dan ternura...aunque se parezcan a Pepe el feo :)

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  5. Así es, María Luisa, los bebés son pura ternura, no importa que.:)

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  6. Artista, ¿no caminan todas estas personas al mismo sitio, a la misma estación? yo imaginé que iban hacia el otro lado más allá de la muerte (estación final), pero tu protagonista aún no lo sabía. Y la necesitaban para ir todos juntos, porque como dice Héctor, uno sin otro no somos nada.
    ¿Era eso?
    Abrazos

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  7. Pensaba en la reencarnación, en que al fin se unen todas las vidas vividas, una vez lei que un alma alcanza la perfección cuando ha reencarnado muchas veces y pasado cosas buenas y malas, ha sido mujer, hombre, pobre,rico, bueno, malo y así hasta que no le quede nada por aprender... total... tambien creo que todos somos uno :) un abrazo Anita.

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  8. A mí me gustó muchísimo.
    Yo lo leí como un reencuentro de las almas buenas que localizan la estación que les dá transporte a lo que sigue.

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