jueves, 19 de enero de 2012

El secreter



Necesitaba un pequeño escritorio para ponerlo en mi cuarto y escribir sin las molestias de hacerlo en el comedor a la vista de todos, reuní durante meses y al fin tenía una cantidad respetable. De todos modos debía de comprar algo de segunda mano, que no fuera tan costoso, pensé enseguida en http://www.tablondeanuncios.com/ una página que vende cosas usadas entre particulares, ni corta ni perezosa abrí la web.
Me llamó la atención un anuncio que ofrecía un pequeño secreter antiguo a muy buen precio, advertía de algunos pequeños desperfectos...pero a mi no me importaba, mientras pudiera escribir en él y cerrarlo para que nadie leyera mis cosas.
Al fin llegó mi secreter. Es un mueble con personalidad, de madera oscura, adornado con flores talladas. Ya en mi cuarto bajo el cristo colgado en la pared, pude apreciarlo bien. Levanté una especie de cortinaje de madera que escondía un sin fin de cajoncillos secretos, creo que no se podría guardar nada allí más que alguna joya, los saqué uno a uno con mucho cuidado y debajo de uno de ellos había un papel cuidadosamente doblado.
No sé porqué mi corazón empezó a latir fuertemente al desdoblarlo, una preciosa letra se asomaba, me hizo recordar la caligrafía que les enseñaban a los príncipes de antaño, sentí solemnidad y un cierto remordimiento por leer la intimidad de aquella persona que escribía.
La carta decía así:

" Han pasado muchos años de áquel día y sin embargo ni un sólo momento tu recuerdo me ha dejado de atormentar, te he pedido perdón cada día de mi vida, he derramado miles de lágrimas por tí.   Odio la valentía que tuve para hacer lo que hice, lo que te hice...Cargo esta cruz desde entonces, jamás he vuelto a sonreir ni a soñar.
A veces imagino cómo hubiera sido tu rostro, veo unos ojos grandes y bellos, rodeados de tupidas pestañas...que me miran con reproche y de pronto rompen a llorar y lloramos juntos con tristeza infinita. No te di la oportunidad de vivir y al mismo tiempo...aquel día morimos los dos "

Quise saber a quien había pertenecido ese secreter y volví a llamar a su propietario para interesarme, sólo me dijo estas palabras:

"Pertenecía a la hermana de mi abuela, una mujer triste que dejó de hablar a los 16 años y murió muy anciana, solía sentarse a escribir miles de páginas que despues rompía, nunca se supo de qué escribía.  Mi madre dice que enloqueció un día y nadie sabe porqué "

Estuve tentada a decirle que yo sí sabía... Pero decidí respetar su secreto.

2 comentarios:

  1. Preciosa historia a mi los secrters me encantan..en una ocasión encontré tirado en la calle uno y un amigome ayudo allevarmelo a casa y despues de muchos años m iba a otra ciudad y se lo regalé a mi mejor amiga... un saludo de Begoña

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  2. Querida Begoña, leerte siempre es grato para mí, un abrazo :)

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