viernes, 23 de septiembre de 2011

Delirios



Nada había cambiado, el aire es tan frío que duele respirar, una sutil neblina cubre la noche pegándose a mi como si me amara...tener los ojos abiertos es casi una proeza. Nada entibia mis huesos y se van las horas añorando el calor del sol en algún lugar lejos...muy lejos de aquí. Un silencio lleno de ruidos lejanos me adormece. Bulle la vida nocturna mientras mi vida se acurruca en mi cuerpo buscando refugio. Hace tiempo dejé de esperar milagros ahora sólo espero que el sol cuando salga mañana...me busque y no me encuentre.



2 comentarios:

  1. A ver si lo consigue porque llegado un momento ya no se puede avanzar en la vida.
    Un abrazo Maria Luisa!

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  2. Querida Anita, leerte siempre me da alegría, aunque esté llena de tristeza, un abrazo.

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