lunes, 2 de mayo de 2011

Cardo Borriquero


Entre tanto perfume y terciopelo, no era díficil sentirse poca cosa. Envidió con pasión los colores, la tersura, los aromas... hasta el sol lo ignoraba, prendado de tanta hermosura. Entonces un sonido seco cortó los sueños y desaparecieron las rosas. Cerró los ojos y llegó el silencio, la soledad, el sol...las mariposas.
Quedó sólo el cardo borriquero, sin perfumes ni terciopelo. Y se le escuchó decir muy quedo
"Yo quiero...que vuelvan las rosas"

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