Había leído muchas veces que los lugares perfectos para encontrar meteoritos, son el Polo Norte :) o los desiertos, la razón es muy sencilla...porque se pueden distinguir muy bien o entre la blancura de la nieve o las doradas arenas del desierto.
Por supuesto el Polo Norte lucía casi inalcanzable jejeje, y lo más parecido a un desierto son Los Médanos de Coro, son montañas de arena que no tienen forma definida (dunas), pues el viento las moldea a su antojo, las empuja, las arrincona o las despliega.
En verdad son doradas sus arenas, muy finas y hermosas, a veces tapan la carretera que pasa a sus orillas, todos los que por allí vamos, estacionamos los carros y bajamos a subir por los Médanos, es una sensación extraña y muy agradable, los pies se hunden pero hasta cierto punto lo que permite caminar con relativa facilidad, ése día subí y subí lo más alto que pude hasta llegar a su tope y pude ver una llanura de oro ante mí que seguía a lo lejos...que hermosura.
Entonces recordé lo de los meteoritos y decididamente, caminé y caminé buscando entre las arenas alguna piedra u objeto extraño que estuviera posado en su superficie, en realidad no se veía nada...sino arena por todos lados, de pronto vislumbré algo oscuro a lo lejos...:O tenía que ser un meteorito!!! pues no había nada, ni piedras, ni plantas ni nada... caminé deprisa, imaginando ya la maravilla de tener entre mis manos un pedazo de algún cuerpo celeste del recóndito Universo :)
Al llegar vi que era como un pedrusco casi negro muy duro y extraño, estaba muy caliente y reseco, con mucho cuidado lo metí en mi bolsillo junto a un poco de arena...no sé para que se conservara en su ambiente. Luego seguimos el viaje mi esposo y yo, íbamos a Paraguaná a pasear, pero yo casi no le prestaba atención, sólo pensaba en la maravilla que tenía en mis bolsillos, porque claro era lógico que si todo era tersamente dorado y de pronto había una piedra en la superficie..de donde más podía haber caído sino del cielo...
Al regresar, le dí mi tesoro a un Profesor de Mineralogía amigo nuestro, y con mucha emoción le dí mi meteorito para que lo estudiara, me pidió que se lo dejara y luego él me avisaría. Soy muy impaciente, me moría de nervios esperando su llamado que nunca llegaba :s
Pero un día sonó el teléfono...al fin!!!! me pidió que fuera a verlo y se negó rotundamente a decirme nada por teléfono, éso avivó mi imaginación y ya soñaba con entrevistas en la televisión y conferencias por el mundo :)
Al llegar me esperaba con la cajita en donde estaba el meteorito sobre una mesa, muy serio comenzó diciendo..." No sé cómo decirte ésto...resulta que tu famoso meteorito es...nada más y nada menos que...Un excremento de perro fosilizado por la acción de la arena... o sea una caca... jajaja un detrito... una Mierda.." De estar tan serio...comenzó a morirse de risa, casi se ahoga y todo, es que mi cara era un poema :S. Esa anécdota fue el hazme reír de nuestros amigos...no la mía por cierto...en fin, fue maravilloso creer que tenía un meteorito, hasta que supe la amarga verdad buuuuu!!!
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