Serían como las 4 de la tarde, mi hijo había traído espigas de sorgo para los loritos y agarré una para mi bebé cara sucia...iba a meterla en la jaulita y de pronto !!! se escapó!!! corrí detrás de él pero volaba y volaba, salió a la calle y subió y subió hacia el cielo...volaba muy alto, muy grácil...mi corazón latía con fuerza y seguía corriendo detrás de él. Creí que mi corazón se pararía, sólo pensaba en la tristeza que sentiría mi hija :( Regresé a casa, con una sensación de gran pena.
En mi casa hay tres árboles gigantescos, son mis hijos, los sembré hace 25 años los dejamos crecer a su libre albedrío, dan mucha sombra y algunos problemas también, sus raíces llegan muy lejos y a veces molestan a los desagües. Pero son el refugio de miles de pajarillos, de pronto escuché a mi lorito, lo reconocería entre miles... Gritaba como cuando quiere comer, lo llamé, le grité...y nada. Pero al día siguiente cuando mi hija despertó subió al techo a llamarlo y aunque parezca imposible el lorito le contestaba, y lo vimos volar sobre ella, dando vueltas y vueltas. De pronto escuchamos..."Se paró en mi cabezaaa!!!" y suavemente cerró sus manos sobre él...llenos de alegría lo metimos a su jaulita, y comió y comió...tomó agua y seguidamente se durmió como un tronco...estaba en su hogar :) algunos dicen que le cortemos las alas, para que no vuelva a escapar, pero nunca haremos éso, mi hija a veces se lo lleva a su cuarto cierra puertas y ventanas y lo deja volar a su antojo, y aterriza en su cabeza..por éso supo regresar a ella...
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