Desde pequeña soñaba con que algún día tendría un bebé en mis brazos, cuando al fin llegó el momento y el médico me dijo que esperaba un hijo...Todo cambió, la certeza de que una vida estaba dentro de mí, me hacía ver la belleza del mundo en toda su extensión, acaso no eran más hermosas las flores? el cielo más azul que nunca jamás, soñaba con mi bebé y quería saber cómo evolucionaba dentro de mí. Al saberlo corrí a comprar libros que hablaran sobre el embarazo, para ver imágenes de cómo crecía mi hijo en mi vientre. Y permanecía momentos eternos en total quietud a ver si sentía algún movimiento, le hablaba... le contaba cuentos, con la plena seguridad de que podía oirme. No sé si él podía sentir cuanto le amaba. Seguía su evolución semana a semana. Ya tenía manitos...quizás se chupaba el dedo. Hasta que un día maravilloso, inolvidable, algo se movió dentro de mí, no podía contener las lágrimas, lágrimas de incredulidad, de felicidad, de asombro. Sentí en ése momento la suprema compañía, yo y mi hijo eramos uno sólo. Y un día lloré y reí, pues le había dado un susto mayúsculo a mi hijo sin querer, estaba acostada y ya casi dormida, cuando de pronto estornudé fortísimo y :S él dio un brinco en mi vientre !!!lo había asustadoo!!! ahajaja pobrecito mio :) Sólo puedo decirles que el día que nació, estaba feliz, pero al mismo tiempo sentí tanta soledad, extrañaba su dulce presencia dentro de mí. Y no dejaba de mirar áquel milagro viviente que reunía en un sólo ser las ilusiones de dos jóvenes que se amaban :)
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