Como siempre, acuesto a mi madre después de haber cenado, nos bendecimos las dos y con un besito nos despedimos hasta mañana. Aproximadamente una hora después me dí cuenta que había olvidado la bandeja de la cena, y entré al cuarto de nuevo, mi mamá al verme se incorporó y me dijo:
"Buenos días cariño" y ya se disponía a levantarse.
"No, no mamita querida, aún es de noche, sólo vengo a recoger la bandeja de la cena"
Me miró con ojos de reproche y sólo dijo:
"Ya decía yo, que que noche tan corta"
Perdóname mamá, te quiero :)
Marisa, cuánta ternura hay en este diálogo.
ResponderEliminarUn abrazo
Coincido con Anita. Es muy tierno. Saludillos
ResponderEliminarAnita ha hecho el comentario que me disponía a dejarte. Relato tierno pero triste. Largas son las noches para las personas enfermas.
ResponderEliminarMarisa, muchos besos.
Queridos amigos, en estos momentos de mi vida todo parece ir al revés, intento ser una buena enfermera para ella...pero creo que soy un desastre a veces. Mi computadora esta defectuosa en su teclado, la internet es lenta, en fin, que no he podido navegar como antes y por éso no he entrado a sus páginas ni he tenido inspiración para escribir, me he estrenado nuevamente como abuela :) es un caos vivencial, gracias por escribirme, un abrazo!
ResponderEliminarDE VERDAD QUE BONITO
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